Que esta noche ha vuelto el verano por Madrid y estamos con los corazones abiertos de par en par y por la calle todos en camiseta y brazos al aire. Barbitas bien afeitadas y calzoncillos nuevos que la ciudad está llena de extranjeros. Y está claro, esta noche está muy claro, que no nos hemos olvidado cuanto amor nos cabe de una sola vez y cuanta sal queda en un beso robado a un desconocido.
Si te dejas entrar te cuento un secreto: aquí todos buscamos la Tour Eiffel. Y en el corazón más hondo y negro de Malasaña parece (que no ¡es cierto esta noche!), oír a Edith Piaf cantar “Les amants d'un jour”. Y estas callecitas que bajan y suben sin parar no nos llevarán a Montmartre aunque lo parezca ¿sabes? Por eso hay bares por cada rincones: para olvidarnos de lo que no encontramos jamás (que sea el amor o el trabajo o el coraje de irse). Pero dentro de poco un chino te ofrecerá una cerveza, un maricón sacará sus plumas y un borracho llorará hasta agotar su dolor.
Allez venez! Milord, que te voy a dedicar esta ciudad antes de que un alemán intente ser bohemio.
Et prenez bien vos aises vos peines sur mon coeur Milord, que te cuento las tertulias de esos rincones.
Vous asseoir à ma table Milord que te invito al ultimo trago y luego, si te animas, vamos a la cama (que quiero enseñarte a qué sabe tu olvido). Aquí todos buscamos lo que no está.
Y si las estrellas te parecen demasiado cercanas no te asustes, es que... sé besar muy bien.
Si te dejas entrar te cuento un secreto: aquí todos buscamos la Tour Eiffel. Y en el corazón más hondo y negro de Malasaña parece (que no ¡es cierto esta noche!), oír a Edith Piaf cantar “Les amants d'un jour”. Y estas callecitas que bajan y suben sin parar no nos llevarán a Montmartre aunque lo parezca ¿sabes? Por eso hay bares por cada rincones: para olvidarnos de lo que no encontramos jamás (que sea el amor o el trabajo o el coraje de irse). Pero dentro de poco un chino te ofrecerá una cerveza, un maricón sacará sus plumas y un borracho llorará hasta agotar su dolor.
Allez venez! Milord, que te voy a dedicar esta ciudad antes de que un alemán intente ser bohemio.
Et prenez bien vos aises vos peines sur mon coeur Milord, que te cuento las tertulias de esos rincones.
Vous asseoir à ma table Milord que te invito al ultimo trago y luego, si te animas, vamos a la cama (que quiero enseñarte a qué sabe tu olvido). Aquí todos buscamos lo que no está.
Y si las estrellas te parecen demasiado cercanas no te asustes, es que... sé besar muy bien.
Antonino Pingue © 2011 Todos los derechos reservados
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