22 mar 2011

Algo sobre mi padre (capitulo 2: La cita y el psicólogo)

Antes de trascribir estos diálogos trascurrido entre mi padre y yo, quien os escribe desea puntualizar que todo lo que cuento, palabra por palabra, es verdadero.

Todavía vivía en Roma. Estoy en la cama con mi chico con el cual acabo de hacer paz. Así que estamos disfrutando y con mucho gusto.
Llama mi padre.
Hola, oye que tengo que pedir cita con el hospital para una revisión. Y no sé como hacer.”
¿Papá pero como es posible? Que lo haces cada dos meses”.
Bueno esta vez no lo consigo... quieres ayudarme ¿si o no?”.
Mientras tanto mi chico me hace señal y me invita a ayudarlo. Es que es mayor y busca cariño, intenta comunicarme. Ya sé que se equivoca pero este chico es psicólogo y le encantan estos rollos hijo/padre. Así digo que si.
Valeeee. Dame el nombre de tu doctor y para cuando quieres la cita”.
Me da todo y cuelga.
Me levanto de la cama, me pongo los calzoncillos y enciendo el ordenador para buscar el número del hospital.
El chico feliz.
Llamo a la centralita y me contesta una señorita (por si acaso me gustan las rimas). Le digo que busco una cita para mañana a las 5.30 de la tarde.
La señorita de la centralita me dice que ya no puede reservarme una cita por esta horita (es que a ella también le encantan las rimas). ¿Está bien a las 6 horas?
Pues si, está bien. Cuelgo y vuelvo a llamar mi padre.
El chico, desnudo, sonríe satisfecho desde el paraíso de los psicólogos...
Oye papá a las 5.30 estaba ocupado pero a las...
Claro que estaba ocupado” me interrumpe mi padre. “a las 5.30 voy yo”
¿¿¿¿Queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee???? Ya la habías reservada?”
Si”
¿Y eso?”
Quería comprobar si eras capaz de tomar cita con un doctor.... es que eres tan idiota.”
El chico psicólogo mira fijo el techo.
Además hijo mio haces un vida tan desordenada que seguro vas a necesitar muy pronto del hospital.”
Cuelgo sin contestar.

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