15 mar 2011

La huelga de los controladores aéreos y el cazo de Lenin

Al día de hoy tenemos opiniones sobre todo. Porque de verdad lo que nos interesa es ser originales. Decir algo que nos hace distinguir de los demás. Tomarnos nuestro momento de gloria. Y esta es la ley bajo la cual todos vivimos (yo también, por supuesto).
Tenemos solo que encender la televisión para darnos cuenta de este fenómeno. Millones de periodistas por la calle que paran gente preguntadole cualquiera cosa. A la ama de casa de 65 años y pico: “¿Usted que piensa de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein?” Y la muchacha: “Pues, de verdad nunca me ha convencido.” Al niño de 6 años: “¿Que opinas de las crisis de los bancos?” Y el chiquitín: “Bajo Franco eso no habría pasado”.
Haces unos meses también mi pareja tuvo su momento de gloria. Nos hallábamos en la feroz huelga de los controladores aéreos. Todo el mundo cabreado. Todo el mundo sediento de sangre. Todo el mundo excepto mi pareja, claro. El caballero declaró, en plan muy Lenin, que una huelga para ser una huelga de verdad tenia que ser molesta si no no tenia sentido. Que ya no se encuentra gente con los cojones. Que como trabajador humillado y violado cada día por el gobierno, él estaba con los controladores (con los compañeros controladores).
Por su opinión tuvo que discutir con mucha gente, incluso pelear con alguien. Vamos, un éxito de puta madre. A mi, personalmente, me encantaba. Verlo allí, como un verdadero Lenin enfadado, medio desnudo con su “pechuga” peluda inflada de orgullo revolucionario, gritar sus opiniones tan impopulares me daba morbo. 
Sus calzoncillos izquierdistas tenían gracias. Yo ya no era Antonino si no el Antonino que tiene la pareja que está con los controladores.
Los amigos me llamaban preguntándome: “¿Que tal está el tío? ¿Aún no lo han matado?”
Esto hasta hoy cuando nuestra originalidad lamentablemente se derrumbó. Es que por la semana santa estaba en programa irse a Praga. 4 días aprovechando que el Lenin tenia vacaciones. Todo estaba ya arreglado cuando los controladores anunciaron una nueva huelga precisamente por la semana santa.
Así ahora vuestro querido Antonino se encuentra a lado de un inedito Adolf Hitler que, en calzoncillos rojos descoloridos, está declarando que así no se puede ir adelante. Que un tío trabaja todos los putos días y que tiene el derecho de irse de vacaciones. Que los controladores son muy gran hijos de puta, y sus madres y su abuelas también.
Bueno, me callo que acaban de tirarme un cazo al grito de: “¡Quitate esta sonrisita del coño cabrón!
Es que siempre me encantó la teoría de la Relatividad.

2 comentarios:

  1. Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssss, claro es que depende, siempre depende.

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  2. Dile a tu Lenin que los controladores no convocan huelga en semana santa, es la gente empleada en Aena pero en aeropuertos no en navegación, asi que puede seguir peleándose en defensa de los controladores que no le van joder el viaje a Praga.

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